domingo, 22 de diciembre de 2013

Las Moiras


                            

                                                Las tres Moiras, o tres Destinos. 1510. Victoria and Albert Museum, Londres.               

Las Moiras, eran las personificaciones del destino de cada persona, 
pero con el paso del tiempo se convirtieron en tres divinidades femeninas: 

Cloto, era la más joven y la primera de los Tres Destinos, hilaba los hilos de la 
vida con su huso y decretaba cuando nacía una persona. Corresponde a Nona
en la mitología romana.

Láquesis, era la segunda Moira, elegía el futuro de cada persona y 
determinaba la duración de su vida decidiendo la longitud de la hebra que la 
simbolizaba. Se suele representar como una comadrona vieja, coja y fea 
desenrollando una tira de papel en el que estaba escrito el destino de cada 
persona. Era Décima en Roma.

Átropos, era la mayor de las tres Moiras, también conocida como Aisa. Ella 
elegía la forma de la muerte de cada persona, cortando el hilo de la vida con 
sus tijeras. Su equivalente en Roma era Morta.

Las Moiras escribían el destino de los mortales e inmortales, daban vida a 
quien las adoraba y arrebataban los días a quienes no creían que los mereciera. 
Influían en las guerras de los mortales y los dioses, hasta podían evitar que un 
dios interviniera en una batalla para impedir que cambiara el destino. Estas 
divinidades eran hijas de Zeus, dios de los dioses y Temis, la diosa de la ley. 
Otras versiones cuentan que su madre era Nix, diosa de la noche. Además 
eran hermanas de las Horas. Las Moiras eran temidas incluso por los 
dioses, pero también eran respetadas y en algunos lugares se las rendía culto: 
en Atenas, las novias las entregaban mechones de pelo y las mujeres juraban 
por ellas. Se las relaciona con Ilitía, diosa del nacimiento y también con 
Tique, la diosa de la suerte y el azar. Las Moiras están presentes en muchos
mitos y leyendas, el más conocido es el de Admeto:[i]
                                                  
                                                                                                      

Temis  del  Templo Némesis  en  Ramnote (Ática) de Cairestratos. 300 a.C.  Museo Nacional de elementos arqueológicos de Atenas.    
La Nuit de William Adolphe Bouguereau. 1883. Hillwood Museum, Washington D.C.



 Alacabar con los cíclopes[ii], Apolo fue castigado a servir a un mortal. El dios 
eligió a Admeto, rey de Feras e hijo de Feras[iii] y Periclímene[iv]. Como el dios 
recibió un buen trato del rey, hizo que sus rebaños aumentaran en número. 
Pero los favores de Apolo no acabaron allí. El rey Admeto se enamoró de 
Ascletes[v], hija de Pelias[vi], rey de Yolco. Como tenía muchos pretendientes, 
su padre decidió que solo podía casarse con ella quien superara una prueba. 
Esta consistía en atar un león y un jabalí a un carro. Admeto, con ayuda de 
Apolo superó la prueba y consiguió casarse con ella. Con tanta felicidad, 
se olvidó de hacerle una ofrenda a Artemisa. Esta enfadada, le castigó llenándole 
su lecho de serpientes. El rey volvió a consultar a Apolo, que le aconsejó que 
hiciera un sacrificio. Así lo hizo y Artemisa acabó retirando las serpientes. Poco 
después, las Moiras decidieron que ya era hora de que Admeto muriera. Por 
ello, Apolo bajó al Hades (infierno) e intentó convencer a las Moiras para que 
emplazaran el día de su muerte. El dios lo consiguió, pero hubo una condición: 
que alguien muriera en su lugar. La única dispuesta en hacer tal cosa  fue su mujer 
Ascletes. El rey estaba muy triste. Pero otra vez volvió a tener un golpe de 
suerte, su amigo Heracles[vii], que estaba de paso, bajó al infierno y luchó contra 
Tánatos, el dios de la muerte. El héroe ganó, y Tánatos accedió a liberar a 
Ascletes.              


Las moiras eran representadas como tres viejas hieráticas, Cloto portando un 
huso, Láquesis una vara y Átropos unas tijeras. También se las representa 
como tres damas, una doncella, una matrona y una anciana.
Sus equivalentes romanas eran las Parcas, que además, escribían el destino 
en un muro gigante y nadie lo podía borrar. Estas entremezclaban hilos de oro 
e hilos negros en el hilo de la vida, los dorados significaban buenos momentos 
en la vida de las personas y los negros, malos. También se asemejaban a las 
Nornas vikingas.





El hilo de oro de John M. Strudwick. 1885. Representa a las Moiras hilando la vida de las personas.




Notas al pie de página:

[i] Admeto: Rey de Feras, en Tesalia. Era hijo de Feras, (que había dado nombre al reino) y 
Periclímene. Es conocido por el mito que lleva su propio nombre, en el que Apolo le 
ayuda a conseguir a su amada Ascletes, que luego se sacrificó por él. 
[ii] Cíclopes: Gigantes de un solo ojo fuertes, tercos y de escasa inteligencia.
[iii] Feras: Fue un tirano del siglo iv a.C. que se autoproclamó jefe de la polis bautizada con su  
nombre. Fue asesinado por su hermano.
[iv] Periclímene: Madre de Admeto.
[v] Ascletes: Prometida de Admeto, que más tarde se sacrificó por él y fue salvada por Apolo. 
[vi] Pelias: Fue un rey de Yolco sediento de poder, así que intentó conquistar toda Tesalia. Para ello encarceló a su antecesor. Este enfadado, mandó a su hijo a matarle. Más tarde, Pelias fue a consultar al oráculo, que le dijo que un hombre con solo una sandalia intentaría matarle. Cuando el hijo del rey encarcelado llegó, solo con una sandalia, el Pelias se deshizo de él. 
[vii] Heracles: Fue el héroe más importante de la mitología griega. Era hijo de Zeus y de una mortal llamada Alcmena. 
Tenía una fuerza impresionante y era muy valeroso. En Roma era conocido como Hércules.


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