Actualmente, conocemos siete sacramentos
que los cristianos deben realizar a lo largo de su vida.
El
primero, el BAUTISMO; es
el sacramento que nos quita el pecado original. Los padres dan la vida en
cuerpo, pero el Bautismo da la vida divina y hace hijos de Dios a los
bautizados.
El
segundo, CONFIRMACIÓN; perfecciona
la gracia bautismal, y aporta la fortaleza para predicar la fe en Dios y el
Evangelio, y también para convertirse en apóstol de Jesús.
El
tercero, la PENITENCIA; es
el Sacramento por el cual se borran los pecados cometidos confesándoselos al
representante de Dios en la Iglesia.
El
cuarto, la EUCARISTÍA; es
la consagración del pan, que representa el Cuerpo de Cristo, y del vino, su
Sangre, que intentan imitar el sacrificio de Jesucristo en la Cruz.
El
quinto, la UNCIÓN DE ENFERMOS; aporta
un apoyo moral y mental para enfrentar las dificultades propias de una
enfermedad grave o la vejez.
El
sexto, la ORDEN SACERDOTAL; hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les permite
perdonar pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre Jesucristo.
El séptimo, el MATRIMONIO; da a los cónyuges una dote para ser fieles
uno al otro y ayudarse mutuamente en la vida matrimonial y familiar.
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